6- Raqib y Atid

Cierto, sobre vosotros hay nobles ángeles guardianes que escriben; ellos saben lo que hacéis.

Azora 82 versículos 10-12, Corán

Cualquier persona que haya tenido la oportunidad de pisar alguno de los 26 países del mundo que tienen la lengua árabe cómo oficial o cooficial; o que conoce o tiene contacto con musulmanes; o que simplemente haya mostrado interés por la cultura árabe, tiene guardada en un cajón de su memoria la frase ‘As-salaamu ‘alaykum‘ y su respuesta estándar pertinente ‘Wa-‘alaykumus-salaam‘. Se trata de la forma de saludo más popular y usada en el mundo árabe. Miremos un poco más de cerca estas expresiones.

Seguramente, las traducciones más acertadas en lengua española de estas dos oraciones serían: ‘Que la paz esté en vosotros’ y ‘Que la paz esté también en vosotros’.

Haciendo una adaptación al alfabeto latino, podemos decir que, en la gramática árabe, ‘-a‘ es el sufijo flexivo del singular masculino; ‘-i‘ es el sufijo flexivo del singular femenino; y ‘-um‘ es el sufijo flexivo del plural. Si nos fijamos bien, la última palabra de la locución ‘As-salaamu ‘alaykum‘ termina con el sufijo flexivo plural ‘-um‘.

Si bien es cierto que se puede decir ‘As-salaamu ‘alayka‘ o ‘As-salaamu ‘alayki‘ para saludar a un solo hombre o a una sola mujer, los arabigohablantes utilizan la forma plural ‘As-salaamu ‘alaykum‘ en casi todas las situaciones, independientemente del número de personas a las que se dirijan y del sexo de estas.

Una pregunta cruza rápidamente la mente del lector: ¿Por qué los árabes saludan y desean la paz de Dios a una sola persona utilizando una forma plural? A continuación daremos respuesta a esta cuestión y vislumbraremos un poco de la magia del islam y de su influencia en la lengua.

Según la religión islámica, nadie está solo en este mundo; todo ser humano tiene dos ángeles a su lado que toman notas sobre su vida. Raqib es el ángel que se sitúa a la derecha y escribe lo bueno; Atid es el ángel que se sitúa a la izquierda y apunta lo malo. Todos los pensamientos, palabras, acciones, preocupaciones y deseos son registrados por estos dos siervos de Dios desde el día en que nacemos hasta el día del juicio final; momento en el que muestran a Allah sus registros.

Así pues, cada vez que un musulmán pronuncia ‘As-salaamu ‘alaykum‘ de corazón, no solamente está saludando y deseando la paz de Dios a la persona o a las personas a quién se está dirigiendo; también está saludando y deseando la paz de Allah a los dos ángeles que acompañan a cada ser humano.

Artur Martí, septiembre’21

foto: ©arturmarti, Marrakech’19

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